TERMINÉ Y ¿AHORA QUÉ HAGO?

CEPRESM


Ha llegado el último día en tu décimo ciclo y no ves la hora de terminar por fin la universidad. Quizá esos cinco años hayan sido los más largos de tu vida, sin embargo, una vez culminada esa etapa, ese largo camino aún tiene un último tramo que alcanzar: llegar a tu título universitario. El dilema común en esta etapa está en la forma de obtener el título que te acredite como profesional.

¿Hacer una tesis, un examen de grado o curso de actualización? ¿Qué es lo mejor para mí? o ¿qué modalidad representa menor inversión en tiempo y dinero? Definitivamente las interrogantes y dudas son muchas, y una vez terminada la universidad quizá muchos aún no sepan qué alternativas tienen para obtener ese ansiado título.

Tesis tradicional vs. Curso de actualización

La elaboración de la tesis y todo el proceso de investigación que conlleva optar por esta modalidad es la forma más conocida y tradicional de obtener el título. En muchos casos, este método es la única forma de lograr esta certificación como ocurre en el caso de los médicos, dentistas, arqueólogos y en general aquellas carreras ligadas a las ciencias, que requieren específicamente de la tesis para obtener el título universitario.

Esta modalidad implica una buena inversión de tiempo, que será dedicado a la investigación y elaboración de argumentos, recolección de información, entre otras prácticas que terminarán en la exposición del trabajo ante un jurado, que determinará si este documento procede a validarse, y que por consiguiente, le otorga el título de ser aceptado.

Por otro lado, el curso de actualización lleva entre dos o tres meses, dependiendo de la universidad, la currícula, la carrera, entre otros factores; en esta modalidad la dinámica consiste en llevar clases regulares similar a las que llevabas durante toda la carrera. Por ende, habrá prácticas, evaluaciones parciales y un examen final. Un elemento que destaca en estos cursos son los trabajos de equipo, un recurso muy utilizados en las currículas de muchas universidades.

Tiempo de cambios

Si bien la elaboración y presentación de la tesis de grado era la base fundamental para culminar la carrera y obtener el ansiado título profesional, los tiempos han suscitado cambios debido al ritmo vertiginoso en que avanza y se desarrolla el campo laboral. Para el Dr. Walter Estrada, Jefe de la oficina de postgrado de la UNI, afirma que existe una presión del mercado laboral que demanda en mayor medida de profesionales con título universitario y que las mismas universidades han comenzado a difundir con mayor intensidad los cursos de actualización.

Pero en este punto surge la pregunta planteada desde un inicio, ¿qué alternativa se adapta mejor a mi situación? Definitivamente, cada caso es diferente y en realidad todo dependerá del factor de tiempo, dinero, recursos y otros elementos que incidirán en la decisión por optar una u otra modalidad. Para Estrada, la pericia profesional que se da en el campo laboral es una pieza fundamental, y afirma que lo mejor sería no ir a los extremos de hacer tesis de dos o tres años ó hacer cursos de actualización con una monografía en 2-3 meses. Una salida intermedia sería que primero el bachiller haya acumulado al menos un año de experiencia laboral y luego redacte una monografía sobre un tema específico relacionando su experiencia laboral con su formación académica.

Asimismo, como se había señalado líneas arriba, no todas las carreras podrían hacer un curso de actualización. Según Estrada, indudablemente las exigencias son muy diferentes para cada carrera, un ingeniero o médico necesita de mucha práctica pre-profesional, y tener entrenamiento básico en investigación porque están muy ligados a la innovación tecnológica. Entonces necesitan conocer no sólo los procedimientos básicos de un trabajo de investigación sino también saber presentarlos por escrito y verbalmente.

Finalmente, sea cual sea la forma de obtener el título profesional, el objetivo final es el mismo para cualquier profesional; ejercer cada profesión de manera responsable y ofrecer nuevos aportes que beneficien al compromiso que hicimos desde un inicio al optar por alguna carrera u otra. Aunque parezca una frase trillada, muchos de nosotros asumimos un compromiso implícito al comenzar a estudiar, un compromiso con nuestro país, para mejorar y contribuir al desarrollo del mismo.